Segunda Parte: La paz que surge de la sumisión a la voluntad de Dios es una paz tan profunda y transformadora imposible de ser imitada por nadie. Es una PAZ que va más allá de nuestras circunstancias, que se basa en la confianza en el plan de Dios para cada uno de sus hijos o hijas, y que se manifiesta en nuestra obediencia y aceptación de lo que Dios tiene para cada uno de nosotros. Al entregar nuestras preocupaciones y deseos a Dios, encontramos una serenidad que nos permite enfrentar los desafíos con una calma que solo Él, nuestro Padre puede proporcionar. Esta Paz es un testimonio poderoso del poder de Dios obrando en nuestras vidas, y una fuente de fortaleza que nos ayuda a sobre pasar todos los obstáculos o circunstancias que puedan venir a nuestra vida.
Como alcanzar la Paz, viviendo bajo la Voluntad de Dios:
1. La Paz que Supera el Entendimiento
Uno de los aspectos más notables de la paz es que proviene de la sumisión a la Voluntad de Dios es su capacidad para superar nuestra comprensión. Esta paz es un regalo de Dios que nos sostiene incluso cuando las circunstancias parecen abrumadoras, difíciles y hasta imposibles.
Verso Bíblico: "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús." — Filipenses 4:7
Esta paz actúa como un escudo protector para nuestro corazón y mente, brindándonos un valor que no depende de las circunstancias externas. Es una paz que se manifiesta en nuestra vida diaria, incluso cuando enfrentamos situaciones que parecen estar fuera de nuestro control.
2. La Paz Como Resultado de la Confianza en Dios
La sumisión a la Voluntad de Dios implica un acto de amor, de fe y total confianza. Cuando confiamos en que Dios tiene un plan para nuestras vidas, podemos descansar en la seguridad de que Él está trabajando en nuestro favor, incluso cuando no vemos los resultados inmediatos.
Verso Bíblico: "Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia; reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas."— Proverbios 3:5-6
La confianza en Dios elimina la necesidad de preocuparnos innecesariamente por el futuro, ya que sabemos que Él está guiando nuestros pasos. Esta confianza nos da paz al enfrentar lo desconocido, porque entendemos que no estamos solos en nuestro viaje, Dios esta en control de todo.
3. La Paz Que Surge de la Aceptación del Plan Divino
Aceptar la Voluntad de Dios también significa aceptar Su plan para nuestras vidas, incluso cuando este no coincide con nuestros deseos o expectativas. Esta aceptación puede llevarnos a una paz interior al liberar la tensión que proviene de luchar contra lo que no podemos cambiar.
Verso Bíblico: "No te impacientes a causa de los malignos, ni tengas envidia de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto cortados, y como la hierba verde se secarán."— Salmo 37:1-2
Este verso nos recuerda que, aunque podamos sentir frustración al ver a otros prosperar a través de medios que no aprobamos, debemos confiar en el plan de Dios y esperar pacientemente. Esta aceptación nos libera del estrés y nos permite experimentar una paz duradera.
4. La Paz Como Fruto de la Obediencia a Dios
La obediencia a la Voluntad de Dios no es simplemente una cuestión de cumplir reglas; es una forma de alinearnos con Su propósito y experimentar las bendiciones que vienen con vivir en armonía con Su voluntad.
Verso Bíblico "Si guardares mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido."— Juan 15:10-11
Cuando obedecemos a Dios y seguimos Su guía, encontramos un gozo y una paz que provienen de vivir en conformidad con Su voluntad. Esta obediencia trae consigo un sentido de plenitud y satisfacción que va más allá de las recompensas temporales de la vida.
5. La Paz Como Testimonio de la Fe
Finalmente, la paz que obtenemos al someternos a la Voluntad de Dios también sirve como un testimonio poderoso para los demás. Cuando vivimos con una paz que no se ve afectada por las circunstancias, damos testimonio del poder transformador de la fe en Dios.
Verso Bíblico: "En paz me acostaré, y asimismo dormiré; porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado."— Salmo 4:8
Este verso refleja la paz que experimentamos al confiar en la Protección y Cuidado de Dios, y sobre todo muestra cómo nuestra tranquilidad puede ser un reflejo visible de nuestra fe en Dios y en Su Palabra “Pura e Inalterable”.
La paz que experimentamos al someternos a la Voluntad de Dios es un aspecto fundamental de la vida cristiana, y puede ser una fuente profunda de consuelo y estabilidad en medio de las pruebas y tribulaciones. Esta paz no es simplemente la ausencia de conflicto, sino una calma interior que trasciende las circunstancias, situaciones que estemos pasando y nos conecta con una confianza de que Dios está en control y Él tiene un plan para cada uno de sus hijos.
Conclusión
La sumisión a la voluntad de Dios no es simplemente un acto de obediencia, sino una fuente de paz poderosa y transformadora. Al liberarnos del estrés de controlar cada aspecto de nuestras vidas, al alinearnos con un propósito mayor, y al confiar en el proceso guiado por Dios, encontramos una paz que va más allá de nuestra comprensión. Los versos bíblicos nos recuerdan que al confiar en la voluntad de Dios, podemos experimentar una paz que es tanto profunda como duradera. Esta paz nos proporciona un refugio seguro en medio de las tormentas de la vida, permitiéndonos vivir con una calma que solo puede provenir de una fe auténtica y una entrega total a DIos, nuesto Padre.
"Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo." — Salmo 55:22
"Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis." — Jeremías 29:11
"Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia; reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas." — Proverbios 3:5-6
"No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." — Isaías 41:10
"Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley."— Gálatas 5:22-23
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